domingo, 21 de febrero de 2010

LOBOS

Hola mis amigos/as:
La realidad es que estado ocupado esta semana para dedicarme a la escritura.
Sin embargo me hice un lugar para el cine. Me entretuve con “El Hombre Lobo”, en versión Benicio del Toro / Antony Hopkins.
Las historias de licántropos son conocidas en todo el mundo.
Acá, en Argentina, es famoso el “Lobizón”, monstruosa criatura en la que se convierte el séptimo hijo varón y cuya maldición sólo puede romperse con el padrinazgo del Presidente de la República.
Mientras escribo estas líneas no puedo dejar de recordar el cuento homónimo de Mujica Lainez inserto en su magnífico libro “Aquí Vivieron”, donde el genial escritor aborda la historia a partir del encuentro amoroso del hidalgo español Pedro Dávila y una muchacha del lugar, cuando Buenos Aires “todavía era una aldea polvorienta”, allá en 1633.
En estas latitudes, el mito del licántropo recuerda a un perro inmenso negro, con ojos rojos como el mismísimo Averno, que se alimenta de cadáveres y de vez en cuando engulle algún recién nacido no bautizado.
Se tiene dicho que uno de los primeros casos de Lobizón, en Argentina, ocurrió en Chivilcoy (Provincia de Buenos Aires) alrededor del año 1877, pero también hay registros que se extienden a otros puntos del país y en fechas posteriores.
La historia de Chivilcoy es la más difundida. Pero no pueden omitirse hechos similares en Concordia y Buenos Aires entre 1891 y 1904 vinculados a esta criatura extraordinaria. Los mismos se hallan documentados en tres libros de importancia que he podido consultar: “Historia de San Antonio de Padua de Concordia” de Blas Echagüe (Plus Ultra, 1971); “Enigmas para la Policía Federal” del Comisario Alfonso L. Caninno (Kraft, 1942) y “Apuntes sobre crímenes porteños” de Ricardo Luzuriaga (Peuser, 1957).
Las crónicas periodísticas de los diarios La Nación y La Prensa también reflejan el tema.
Las obras mencionadas pueden leerse en la red de bibliotecas públicas del Gobierno de la Ciudad.
La historia no deja de admirarme y de llamarme la atención.
Pienso dedicarle dos o tres entradas en mi blog.
No entra en mi mente que una extraña criatura haya podido merodear la ciudad, conmocionando la vida de aquella época.
Sin duda hay que estar predispuesto a creer que aún lo increíble es posible.
Hasta pronto, como siempre.

1 comentario:

  1. No recuerdo ahora si fue acà en Mèxico o fue en Panamà donde vì una noticia de alguien que debido a un trastorno psicológico creìa haber asumido el aspecto, voz y comportamiento de un lobo... se me hiso muy extraño...

    saludos mi estimado

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