viernes, 12 de febrero de 2010

DESIDIA

Me he estado preguntando por el sentido de mi blog.
Pienso que poco a poco se ha transformado en una bitácora de protesta.
Es que hay cosas que indignan y uno siente la necesidad de expresarlas.
Hace pocos días atrás, algunas agencias informativas difundieron que el Gobierno de la Ciudad dejó vencer una importante partida de insulina, antibióticos y productos para hemofílicos.
En efecto, tales insumos estaban en poder de una empresa privada la cual tenía a su cargo su distribución entre los diferentes Hospitales, pero jamás el Gobierno de la Ciudad le dijo a dónde tenía que entregarlos.
La multinacional UPS –responsable de la distribución – sostuvo que “se notificó al Ministerio de Salud sobre la situación irregular en varias oportunidades y no se obtuvo respuesta”. Por su parte, la Defensoría del Pueblo local, ha expresado que por lo menos sesenta de estos productos faltaron en los hospitales durante 2009, ocasionando “un grave perjuicio para la calidad de vida de los pacientes”.
Desde la cartera sanitaria reconocieron la existencia de “productos vencidos por un valor apenas superior a los tres millones de pesos”, pero aseguraron que “se trata de un porcentaje ínfimo en relación con el total de los insumos adquiridos” y que “no existe ninguna operatoria libre de errores”.
La insignificancia costó al bolsillo del ciudadano/a la suma de 5 millones de pesos (aproximadamente 1,3 millones de dólares)
Un programa televisivo registró imágenes del lugar donde se encontraba la mercadería vencida. Pero el material nunca se remitió.
Francamente el tema económico de esta desastrosa operación no es el problema. El nudo central es la desaprensión por el derecho a la salud y la vida de las personas.
Tomemos el caso de la insulina. Se trata de una hormona fundamental para las personas que padecen diabetes tipo 1.
En Argentina, padecer una enfermedad metabólica como la que menciono es realmente un castigo.
A lo difícil que es sobrellevar un problema de estas características, se suma el costo de los medicamentos, de los alimentos, los sitios de ventas de comida que no contemplan menús especiales, la discriminación laboral y otras circunstancias que hacen de la vida del paciente el camino al Gólgota.
¿Cuántas personas pudieron mejorar su calidad de vida con la medicación que se dejó vencer? Seguramente muchísimas.
¿Qué sanciones recibirán los malos funcionarios? Seguramente ninguna.
¿Qué medidas adoptarán las autoridades del Gobierno de la Ciudad para que ello no ocurra? Simplemente ninguna.
Hasta pronto, como siempre.

3 comentarios:

  1. también he pensado en que rumbo a tomado mi blog y me pasa lo que ha vos, últimamente divago existencialmente en varios sentidos.

    Considero que digno soy para un aporte a la psicología...

    Buen tema de denuncia,

    buen sábado!!!

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  2. Como siempre, fantástico en tu denuncia. Sabes? tu blog aporta esta parecela y es un llamamiento a la solidaridad en todos los sentidos.

    Enhorabuena de nuevo.
    Saludos blasianos.

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  3. Hola!!!
    Me he pasado por tu blog y me ha gustado, es bastante interesante, así que he decidido hacerme seguidora tuya. Nos veremos más a menudo un saludo

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