martes, 27 de octubre de 2009

Martes, antes de preparar la cena

¡Hola mis amigos y amigas!
El inicio de la semana ha sido agotador. Ayer lunes, la jornada laboral empezó a las 7,15 AM y concluyó a las 9,00 PM. No me quejo pues es trabajo y bienvenido sea éste. En épocas de crisis y cuando la pobreza hostiga impiadosamente, es cuando nos damos cuenta que, el trabajo, es una auténtica bendición.
Hoy Claudia rindió su examen en la facultad. Le ha ido bien. Es una alumna estudiosa pero no vive para el estudio. Practica deportes, sale con sus amigas y amigos, visita a su madre pero es conciente que el estudiar representa una instancia que debe transcurrir fin de alcanzar el título y lanzarse a la vida profesional. Estoy orgulloso de ella.
En nuestra casa además del Chúcaro, el jilguero, tenemos un canario que compré al mismo comerciante que me vendió al primero. Mi hija lo ha bautizado Jacinto, como la planta existente en el patio cuya flor recuerda los tonos de su plumaje.
Desde hace varias semanas hemos notado que el canario ha tenido algunos problemitas de salud y el fin de semana pasado éstos parecieron agudizarse. Ayer decidí tomar el toro por las astas. Además de la comida que aquí le suministramos, decidí consultar al veterinario. Me recomendaron un especialista en aves domésticas.
He aquí que tuve que hacerle unos análisis y llevar las muestras hasta Carupá, en el Gran Buenos Aires.
Por tanto, a las 2.00 pm partí rumbo a mi destino. Primero vía subterráneo, luego en ferrocarril.
A las 16,30 estaba de regreso en mi oficina. Las muestras entregadas al especialista, por suerte. Ahora mi hija y yo esperamos los resultados como forma de tratar de raíz el problema e intentar salvar a nuestra querida mascota.
Hoy llego hasta aquí.
Hasta pronto, como es mi costumbre.

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