lunes, 19 de octubre de 2009

Lunes

Me desperté con las noticias como siempre. En la radio anunciaban un trágico accidente en la zona de Parque Patricios. No podía creer lo que escuchaba. Un móvil policial, que conducía a una persona con afecciones cardiácas hasta un hospital, se estrelló contra un colectivo. Por lo que tengo entendido murieron casi todos los ocupantes del móvil.

La paciente y sus familiaries debieron solicitar auxilio policial en razón que en Hospital Fiorito no contaban con camas suficientes para disponer su internación y carecía de ambulancias para el traslado. Increíble.

El hecho me hace pensar lo mal que está la salud pública en la Argentina. El desentendimiento que tienen nuestros gobernantes en algo tan elemental y crucial para cualquier persona.

Ya lo vimos con la crisis de la llamada "Gripe A"; lo vemos todos los días, cuando numerosos hombres y mujeres tienen que llegarse a las 3 AM hasta la puerta de cualquier hospital para solicitar un turno para su atención; lo vemos en la falta de materiales para hacer frente a las dolencias; lo vemos en los magros sueldos que perciben los médicos y enfermeros.

No se cuanto puede durar una situación así. Creo que el argentino es muy dócil y prefiere agachar el lomo antes que protestar y rebelarse contra lo que es injusto e inhumano. No se arregla golpeando la cacerola ni votando en blanco o al Pato Donald. Sin duda ello es harina de otro costal y lo dejo para otra oportunidad.

Estoy ahora en mi oficina. He almorzado frugalmente. Claudia hoy no vino. Ella hace de secretaria, cadeta, ayudante y recepcionista cuando sus estudios universitarios se lo permiten. Esta noche tengo que ir a dar clases al Instituto. Supongo que volveré tarde.
Suena mi teléfono celular. Es Daniela. Mi amiga Daniela que me llama por una cuestión de trabajo. Viene en cinco minutos.
Sigo en otro momento. Hasta pronto.

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