viernes, 4 de febrero de 2011

REFLEXIONES

Esta mañana, mientras leía el diario y desayunaba con mi hija Claudia antes de partir cada uno a nuestras respectivias actividades, ella me hizo un pregunta.
Había estado leyendo esta bitácora y se interrogaba sobre los post que dedicaba a recónditos hechos de la historia del país y de América.
Claudia se preguntaba si no era más interesante escribir sobre uno mismo, que sobre personajes que nadie conocía o hechos que suenan fantásticos para la comprensión del siglo XXI.
"El ladrón Almanegra, la baronesa Bowinska, el Marqués de Yavi, el pirata Timoleón D`Osmat...todos esos tipos sobre los que juntás data y después lo cargás al blog...No digo que no sean historias raras y llamen la atención pero ¿para qué sirven? Creo que es mejor subir cuentos propios que historietas de otros que ya todo el mundo olvidó"
Me sorprendió su pregunta y más su reflexión.
Claudia sabe mi pasión por la historia. Siempre le he dicho que conocer a fondo nuestro pasado nos permite entender el presente. Que los múltiples tumbos que da la Argentina sólo puden comprenderse a la luz de nuestra historia vernácula.
Le dije que habia mucho para escribir y le conté, por ejemplo,el caso de la mulata María Remedios del Valle o del propio Juan José Feliciano Fernández Campero y Pérez de Uriondo Martiarena, que ostentaba el título de Marqués de Yavi y cuyos restos simbólicos fueron repatriados el año pasado desde Jamaica.
Se quedó pensando en un silencio profundo. Continuamos mateando y cada uno partió luego a sus actividades.
En lo personal, creo que amén de amenizar con anecdotas de mi vida cotidiana, es bueno dejar hablar a aquellos que el paso y el peso de los años ha sepultado.
Hay hechos que actualmente puden resultarnos poco creíbles y otros que son necesarios desempolvar para su conocimiento por las actuales y venideras generaciones.
Hasta pronto como siempre.

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