sábado, 14 de septiembre de 2013

JOSÉ GABRIEL BROCHERO, EL CURA GAUCHO



¡Hola, mis amigos!
Cualquiera que lea, o sea seguidor de mi blog, sabe (o puede darse cuenta), que lo religioso está ausente y si existen reflexiones acerca del tema, son fuertes críticas a la Iglesia Católica.
No quiero y no me interesa hacer un panegírico sobre los problemas de la fe, algo que –confieso- perdí muchos años atrás. No obstante, hago de la tolerancia y el respeto sobre el tema un auténtico dogma, porque entiendo que, la creencia (o la no creencia) de cada uno, debe ser plenamente permitida con la misma intensidad que aplicamos a la defensa de cualquier otro derecho fundamental de las personas.
Realizo esta breve reflexión, porque he elegido para mis nuevas entradas al cura Brochero.
Debo reconocer que, el interés por su figura, se ha visto profundizada con el proceso de su reciente beatificación por el Papa Bergoglio, pero aún recuerdo cuando a fines de los 70 o comienzos de los 80, el diario La Nación publicaba en su contratapa una serie de historias dibujadas sobre personajes de nuestro país. Una de aquellas historias estuvo dedicada a la figura de José Gabriel Brochero.
Su dimensión religiosa es lo que menos me interesa. A mi entender, lo que amplifica y realmente potencia la figura de Brochero es el desarrollo de su fuerte compromiso social, gestionando ante los poderes públicos la apertura de caminos, acequias, diques, estafetas postales y telégrafos. 
También supo cuestionar a legisladores cordobeses que “no se interesaban por el progreso de sus comprovincianos”, decía, al no promover leyes para que el tren llegara a estos poblados.
Brochero, además, tuvo un papel activo en la epidemia de cólera que afectó a la población de la provincia de Córdoba. Enfermó de lepra por compartir el mate junto a pacientes con esta enfermedad, quedó sordo y ciego. El Cura Brochero murió en 1914 y fue declarado venerable en febrero de 2004 por Juan Pablo II.
Brevemente recordaré que José Gabriel del Rosario Brochero nació un 16 de marzo de 1840 en el paraje Carreta Quemada, cerca de Santa Rosa de Río Primero, en el norte de Córdoba. El 4 de noviembre de 1866 fue ordenado sacerdote y desde 1869 se instaló en Villa del Tránsito, localidad de traslasierra que desde 1916 lleva su nombre.
La historia que aquí se contará, no pretende ceñirse al rigorismo auténtico de su vida. Es una versión libre de un personaje con una valiosa proyección social
Tomando como base su legendaria figura voy a efectuar las sucesivas entradas sobre el tema. 
Hasta pronto, como siempre.

1 comentario:

  1. Eduardo.... opino como tu en todo... soy católica, pero no me agrada aqui hablar de religión ni de política y es como dices admiro todo lo que el ha conseguido y brindado a la humanidad como un hombre de gran corazón.

    ¡¡ excelente nota !!

    un beso desde Argentina

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