domingo, 8 de mayo de 2011

LA LEYENDA DE LA CABEZA VIVIENTE (1era parte)


Hoy dejo las historias de mi ciudad.
Me traslado al Norte argentino, en la época de la conquista española.
Esta leyenda me fue referida, poco tiempo atrás, por Mariano Vera, un colega oriundo de la provincia de Salta. La he buscado en algunos anales de cuentos y relatos autóctonos sin suerte.
Es sabido que mucho antes que España dominara estas tierras, la región del noroeste del país estuvo bajo el señorío de los incas, pueblo andino que conformó un vasto imperio.
La historia, inicialmente está situada en el año 1400 AC, cuando el emperador Yahuar Huacac fue asesinado en Cusco por los cuntis, pueblo alzado en contra del poderío de los incas.
También es conocido que el gran pueblo andino poseía santuarios en diversas cumbres como Chachani (Perú), Quehuar y Llullaillaco, estas últimas en Argentina, donde investigaciones arqueológicas encontraron momias en sitios ceremoniales.
Publico aquí la primera parte de esta leyenda del noroeste de mi país.

«Cusco ha caído en poder de pueblos rebeldes.
Quince son los leales escabullidos de los verdugos del Inca. Una mujer los guía hacia el Collasuyo. Osada, audaz, briosa. Es Ahuac, suprema sacerdotisa de Inti.
En su escape, han debido peregrinar entre quebradas de hielo y yermas llanuras. Sortear ríos y montañas. Llevan consigo la arrancada testa del Inca, salvada en la oscura ergástula donde el rey fue ultimado. Imploran a Inti, a Mama Killa, celestiales dioses que velan por el séquito en su larga huída.
Con sus llamas y vicuñas atraviesan la última quebrada, dominada por el verde esmeraldino de sauces, bermejos pastos y el pardo de las laderas. Al fin, majestuosas, se alzan las siete cumbres y el gran cerro nevado, conclusión de la travesía.
El ascenso al divino destino es fatigoso. El viento gélido doblega al grupo. Ahuac reclama, exige, implora un último aliento. Juntan fuerzas. Avanzan hasta una gruta. Es el lugar que los dioses han elegido para albergar la cabeza del rey Yahuar Huacac y su protector en el más allá.
Se inicia el rito. Se alzan plegarias. Killa, la luna, y Koyllor, las estrellas, son conjuradas. Entre quenas y tambores, cuatro vírgenes del Inticancha bailan una frenética danza. Ahuac, deposita las ofrendas y coloca a la testuz real una máscara de oro.
Cae la noche. Killa fulgura en el cielo. Ahuac, bebe varios sorbos de soporífera cimora. Se arrodilla ante la cabeza de Yahuar Huacac y profiere el sortilegio que ha de defender al rey en su otra vida. Ella será quien lo custodie en su sepultura. Lentamente se adormece. Un guerrero, con violencia, hunde su maza en el cráneo de la joven sacerdotisa.»

5 comentarios:

  1. hola!!!
    os iré enseñando las fotos, esta noche subiré unas pocas más!
    la verdad es que me lo pasé genial!
    vaya historias que nos cuentas.... :D
    besitos!
    http://eldiariodeshyris.blogspot.com/

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  2. Que buena historia.

    Y muy bien relatada, ademàs.

    Un abrazo

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  3. Olá, obrigada pela visita no Destino.
    Abraços
    Cris

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  4. Qué hermosa historia, Eduardo! Conozco un poquito sus orígenes, estuve en Perú hace 3 años y tuve la oportunidad de visitar lugares fantásticos donde habita por siempre el alma del inca...

    Felicidades por esta genial entrada! Gracias!

    Un abrazo!

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