jueves, 2 de junio de 2011

LA LEYENDA DE LA CABEZA VIVIENTE (4ta Parte)

El descenso es cansador. A más de dos días de haber dejado la cueva de Yahuar, aún atraviesan regiones cargadas de nieve.
El grupo marcha con cuidado. La nevisca, en el verano, es traicionera y Pizarro no quiere perecer con su tesoro sepultado por un alud de hielo, tierra o rocas. Lentamente, siguen los zigzagueantes caminos rituales del Inca, que con precisión el indio José les ha sabio señalar.
La ladera del nevado es escarpada. El grupo desciende de a pié, llevando sus caballos y mulas. Pizarro estará tranquilo cuando lleguen, a lo que José denomina, la Mesada Grande. Allí piensa descansar para luego iniciar el descenso hasta los pies del nevado. A fin de animar al grupo, el honrado Jimeno entona una copla de su distante tierra valenciana.
Don Diego observa los despeñaderos solitarios. Azotado por un viento helado, que dificulta aún más la marcha, piensa en su tesoro, en los caminos que recorrieron aquellos que sepultaron a la momia y a la dorada testuz que consigo lleva.

El apu Pizarro, como suele llamarlo José, ha hablado poco durante toda la jornada. Desde que abandonaron la gruta, se ha mostrado tenso y receloso,. No sólo teme por su valioso cargamento. Hay algo más que lo aqueja, una extraña y secreta impresión, como si un negro aviso, surgido desde las profundidades de su espíritu, intentara denunciar un hecho fatídico.
Aprieta fuertemente la cruz de plata que cuelga en su pecho.
Él ha escuchado ciertas leyendas calchaquíes sobre extraños ritos ocurridos en la montaña. De niño, de boca de su madre, hija de un curaca incaico y una moza española, oyó también acerca de las fuerzas extrañas que habitaban las tierras de los cuatro lados del Sol.
Cabizbajo, reflexiona por un instante. Son cosas de los indios, clama para sí. En ellas no puede creer Don Diego Pizarro, sobrino del Marqués de la Conquista, hijo del Gran Gonzalo que derrotó en batalla al virrey Blasco Núñez y que, altivo, desafió al propio Carlos V. Él, como sus parientes, es un aguerrido hidalgo cristiano, que lucha por imponer la fe del Nazareno en estas impías tierras, plagadas de idólatras y ficticias deidades.

9 comentarios:

  1. Lo que son las cosas: uno creería que el descenso no cansas, pero sí.
    Muchas gracias por tu visita y comentario en mi blog. Te sigo.

    Un saludo desde México.

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  2. Muy interesante tu blog.....Me gusta, seguro que vendré más a menudo...Gracias por visitar mi mundo, un fuerte abrazo de brujilla

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  3. Me quedo por aquí leyéndote, me gusta tu estilo.

    Un saludo

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  4. Una agradable sorpresa al llegar aquí y leerte...me ha encantado la forma fluida que tienes de narrar...un saludo

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  5. Uy, se me vinieron tantas cosas en el camino de la lectura: los fangales producidos por el Nevado del Ruiz, las momias del Llullaillaco, las lecturas de la facultad, las falsas idolatrías (las de quiénes?)...
    Muchas cosas en un solo texto.
    Me gustó mucho!
    Estoy mirando las notificaciones y entre princesas y brujillas me siento medio extraña. jajaja (perdón por esta estupidez, ja)

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  6. Suena a guión de película, te ha quedado muy efectista. Enhorabuena.
    Saludos.

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  7. gracias a tus atentas palabras, se estimasn desde mi rincon y te leo.

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  8. Ola amigo agradeço sua presença no crepúsculo, mas infelizmente ele esta inativo, convido-o pra conhecer os meus novos blogges, será um prazer tê-lo entre meus amigos estes são os endereços...


    E convidá-los pra conhecer os meus blog...
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    será um prazer tê-los ao meu lado amigos, queridos e de tantas horas...
    beijinho sempre carinhoso...

    venha conhecê-los...

    abraços fartos

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