lunes, 27 de junio de 2011

LA LEYENDA DE LA CABEZA VIVIENTE (5ta Parte)


Han pasado varios meses desde que Diego Pizarro volvió a “San Joaquín”, su alquería en Tumbaya.
La hacienda, enclavada entre las montañas del lugar, ha sido su refugio desde la pelea con los partidarios de Ochoa de Zárate. Vencido y junto a su hija Isabel, el viejo puma por largos años ha relamido sus heridas en la soledad de los cerros.
Desde una ventana, Isabel Pizarro, observa como el cercano y caudaloso río, paulatinamente, ha mermado su ímpetu. Los días más cortos y la escasez de sus aguas, son las primeras señales de la proximidad del otoño.
Doña Isabel está preocupada por su padre. Desde que el hidalgo y su grupo regresaron del nevado trayendo consigo la cabeza de Yahuar, extraños sucesos han sacudido la hacienda. Guzmán, su ujier, fue hallado muerto junto al cráneo del Inca, con una mueca de espanto dibujada en el rostro. A Rodrigo Niño, que integró la expedición al Chañi, lo encontraron sin vida en las orillas del Xibi Xibi y hay quienes firman que, de su boca entreabierta, brotó un negro alacrán, horrorizando a sus descubridores.
También, desde hace casi tres semanas, Diego Pizarro yace en cama al cuidado de su hija. En ocasiones, por las noches, es preso del pánico y vocifera sin sentido. El ínclito Medrano ha debido ayudar a sosegarlo.
Inquietantes rumores circulan en la alquería. Las viejas leyendas del lugar, lentamente, cobran vida. Isabel, devota de la Virgen, concurre todas las tardes a rezar en la amplia iglesia que, el hidalgo, ordenara levantar en las cercanías de la vasta casona.
La noche ha mostrado su obscuro rostro. Inquietos por el inexplicable malestar que aqueja a Don Diego, Jimeno y Medrano han regresado desde San Salvador de Jujuy.
José, el indio, los aguarda en una de las galerías de la hacienda. Mientras les ofrece un poco de chicha, les revela su preocupación: el apu Pizarro está maldito.
En el silencio de la noche, mientras beben, José comenta sobre una vieja historia del lugar, aquella que habla del guaca Yurac y la Yanakilla. Interesado y a fin de esquivar el sueño, Medrano le pide que la narre pues nadie más apropiado que él para hacerlo.

sábado, 25 de junio de 2011

LOS PESCADORES DE PERLAS


Siempre digo que dispongo de poco tiempo para dedicarme al blog. Para cualquier lector/a ya debe sonarle como una letanía.
Ello es una realidad. No exagero. Aún me queda pendiente terminar la narración de esa antigua leyenda jujeña sobre la Cabeza Viviente.
Tampoco es bueno vivir enfrascado en el trabajo. Por eso, ayer con mi hija fuimos a ver la ópera “Les Pêcheurs de Perles” de Georges Bizet, en el Teatro Avenida.
A diferencia del suscripto, mi hija no es una gran seguidora del género. No obstante, la conoce bien. Han sido muchas las veces que ha escuchado el compacto de la ópera en casa y desde chica, sintió gran atracción por el coro introductorio, en el cual los pescadores, de una agreste playa de la isla de Ceilán, cantan y beben.
La obra hace muchas décadas que no se representa en los escenarios porteños. Por ello, cuando tomé conocimiento que esta temporada subiría a escena, no dudé en sacar entradas para asistir.
Les Pêcheurs de Perles, es el triunfo del amor y la amistad sobre la envidia y el rencor. Francamente desconozco las razones por las cuales prácticamente ha caído injustamente en el olvido. La acción se sitúa en la isla de Ceilán, en una aldea de pescadores. Allí están Zurga, Nadir y Leila, la sacerdotisa de Brama. Alrededor de ellos se teje la trama y el supremo sacrificio de Zurga que permite a Nadir y Leila huir de las sanguinarias garras del populacho que reclama muerte para aplacar la furia de los dioses.
Ayer fue la función del estreno. De hecho, no suelo ir jamás a la primera función. Tengo razones para ello. Los elencos siempre están nerviosos, la orquesta ansiosa y sobrevienen los errores y como era de esperar hubo varios.
Por el valor de las localidades, pienso que la función pudo estar mejor.
Estoy persuadido que Juventus Lyrica puede brindar espectáculos de calidad, pero en los últimos tiempos ésta ha decaído mucho y ella es una de las razón básica por la que he dejado de concurrir a sus funciones. En otros términos, precio y calidad no se corresponden.
No obstante, me alegro de haber podido ver esta joya del arte de Bizet. Confío que esta puesta en escena sea un acicate para que el Teatro Colón, el Teatro Argentino de La Plata o el Roma de Avellaneda la repongan entre sus títulos, sin olvidar al sector privado que también está en condiciones de llevar adelante tal emprendimiento.
Hasta pronto, como siempre.

sábado, 18 de junio de 2011

UN CAMBIO


Hola mis amigos/as:
Hace mucho que no subo nada a mi blog.
No he tenido tiempo.
El trabajo me ha insumido bastante la poca disponibilidad que tengo y lo demás ha quedado para el esparcimiento.
Aquí, esta noche, ha llovido torrencialmente. Ahora es de madrugada. Unos amigos que se vinieron a comer y tomar unas copas ya se han marchado.
Hemos pasado revista a muchos temas.
La cuestión laboral no ha quedado afuera.
No recuerdo si en los inicios de esta bitácora comenté que, junto a mi amigo Luis Briceño, desde el 2002 tenemos una consultora en temas económicos. Nos va bien y vivimos de ello.
Cuando concebimos nuestro proyecto, tuvimos en claro encuadrarlo como una cooperativa de trabajo. Hoy, en 2011, los socios cooperativos somos cuatro. Luis, Marita Baldovino, Vicente Trombetta y el suscripto. Los seis socios restantes, cumplen un rol meramente decorativo. Han participado a los efectos de colaborar en nuestro emprendimiento.
Desde hace bastante tiempo hemos estado pensando en lanzar una revista a través de un sello editorial propio, así como recuperar nuestro dominio de Internet y reinstalar nuestra página web en el ciberespacio.
La semana pasada, Luis insistió en llegar a nuestros clientes con una publicación. Después de varios cabildeos, nos inclinamos por un Newsletter y luego, si la cosa va viento en popa, avanzar en el proyecto de la revista.
Con muchísima imaginación, en esta foto que acompaña la entrada y que intenta graficar nuestra clásica reunión de los martes, nos podrán ver a todos sentados y discutiendo sobre el boletín electrónico, la página web y demás temas asociados,.
Marita ya comenzó a entrevistar a varios diseñadores web. Veremos que nuevo formato adquiere Argos Consultores.
Damos la bienvenida al cambio por el que hemos apostado.

jueves, 2 de junio de 2011

LA LEYENDA DE LA CABEZA VIVIENTE (4ta Parte)

El descenso es cansador. A más de dos días de haber dejado la cueva de Yahuar, aún atraviesan regiones cargadas de nieve.
El grupo marcha con cuidado. La nevisca, en el verano, es traicionera y Pizarro no quiere perecer con su tesoro sepultado por un alud de hielo, tierra o rocas. Lentamente, siguen los zigzagueantes caminos rituales del Inca, que con precisión el indio José les ha sabio señalar.
La ladera del nevado es escarpada. El grupo desciende de a pié, llevando sus caballos y mulas. Pizarro estará tranquilo cuando lleguen, a lo que José denomina, la Mesada Grande. Allí piensa descansar para luego iniciar el descenso hasta los pies del nevado. A fin de animar al grupo, el honrado Jimeno entona una copla de su distante tierra valenciana.
Don Diego observa los despeñaderos solitarios. Azotado por un viento helado, que dificulta aún más la marcha, piensa en su tesoro, en los caminos que recorrieron aquellos que sepultaron a la momia y a la dorada testuz que consigo lleva.

El apu Pizarro, como suele llamarlo José, ha hablado poco durante toda la jornada. Desde que abandonaron la gruta, se ha mostrado tenso y receloso,. No sólo teme por su valioso cargamento. Hay algo más que lo aqueja, una extraña y secreta impresión, como si un negro aviso, surgido desde las profundidades de su espíritu, intentara denunciar un hecho fatídico.
Aprieta fuertemente la cruz de plata que cuelga en su pecho.
Él ha escuchado ciertas leyendas calchaquíes sobre extraños ritos ocurridos en la montaña. De niño, de boca de su madre, hija de un curaca incaico y una moza española, oyó también acerca de las fuerzas extrañas que habitaban las tierras de los cuatro lados del Sol.
Cabizbajo, reflexiona por un instante. Son cosas de los indios, clama para sí. En ellas no puede creer Don Diego Pizarro, sobrino del Marqués de la Conquista, hijo del Gran Gonzalo que derrotó en batalla al virrey Blasco Núñez y que, altivo, desafió al propio Carlos V. Él, como sus parientes, es un aguerrido hidalgo cristiano, que lucha por imponer la fe del Nazareno en estas impías tierras, plagadas de idólatras y ficticias deidades.