domingo, 27 de marzo de 2011

OTRA HISTORIA: LA MEFISTOFELICA CASONA DE LA CALLE YERBAL (II)

Continuación y última parte de la entrada de ayer

¿Cómo sigue esa historia negra?
Lo que viene después es bastante torvo.
Sebastiano Baglietto tenía una hija. Una muchacha de unos 25 años de edad. Se llamaba Laura. Era medio solterona para la época. La tradición oral cuenta que Laurita, conoció a un tipo de mala fama. Un tal Camilo Reyes, apodado “El Mencho”. A mi criterio, acá, la historia hace agua y le voy a decir porque. Me remito a la posterior crónica periodística. Ahí no se habla de ningún guapo con tal apodo. La escueta crónica de “La Nación” del día 15 de noviembre de 1906, señala con nombre y apellido a Justo Navarro o Novaro. Supongo que es el “Tigre Navarro”, un compadrón, un rufián que andaba por esa época revoloteando por el viejo barrio de casonas y patios floridos.
Ya me referiré luego para no confundirlo.
Retomo la historia. La hija de Baglietto entró en amores con Juan o con Camilo o quizá con los dos. Vaya uno a saber. Estas son suposiciones mías.
Al viejo no le gustó nada el asunto. Note mi amigo que estamos en 1906. Además los celos propios del italiano. Todo eso era una combinación explosiva. Y si… ese cocktail de malevos, italianos, celosías y solteronas estalló al promediar noviembre de aquel año.
Parece que una noche, Navarro y Laura planearon fugarse. La cosa es que algo falló o alguien delató la fuga. El punto es que, cuando estaban por escapar por los fondos, apareció el viejo Baglietto, amenazador, fuera de sí y con carabina en mano.
Empezaron los tiros, los navajazos y Laura cayó fulminada por el balazo de su propio padre. A Don Sebastiano le pincharon en cogote y quedó ahí tendido, en el patio, junto al cuerpo sin vida de su hija.
Lo que sucedió con el amigo de Laura es extraño. Tal vez escapó y se perdió en la obscuridad de los tiempos. O quizás también pereció en la huída. Lo cierto es que a la mañana siguiente, apareció el cuerpo achurado del Tigre Navarro. Acá nomás. En lo que es hoy Honorio Pueyrredón y Aranguren…De la mano impar, que al parecer, en los comienzos del siglo pasado era un inmenso lodazal. ¿Quién lo mató? ¿El italiano Baglietto? No creo, pues Navarro apareció despanzurrado, apuñalado en la zona de la barriga. Además Baglietto tenía una escopeta, un arma de fuego.
Mi versión de los hechos es que, con certeza, Justo Navarro “el Tigre” anduviera en amores con Laura Baglietto. En algún momento, habrá hecho alarde de la fuga y algún rufián rival fue a contárselo al padre de la chica. Como lograra escapar con vida de la matanza y habiendo masacrado al italiano, huyó.
Con seguridad quien delató la fuga fue el mismo que mató a Justo Navarro…
¿Qué sucedió con la casa?
Ah si…me pierdo fácilmente cuando me pongo a hablar. (Se ríe. Hace una pausa)
Para cerrar esta tragedia, quiero decirle que los Baglietto descansan en un mausoleo en la Chacarita.
Hace un par de años mi sobrina me acompañó al camposanto y sacamos unas fotos de la tumba. Encabeza la bóveda la testa seria, rígida, fría de Sebastiano Giulio Baglietto. Ahí lo tiene, con sus grandes bigotes enhiestos… Mire…acá está…el tema es…
Puedo darle copia de la misma, si le interesa….

Volviendo al tema de la casa. Permaneció un tiempo cerrada. No mucho. Allí se fueron a vivir Cayetana Subiza de Baglietto y su esposo Antonino.
Antonino Baglietto era el hermano mayor de Sebastiano, debía rondar los 70 años, calculo yo. El punto es que al tiempo murió. Nada extraño. Muerte natural. Alrededor de 1912, Subiza de Baglietto vende la casa a un sujeto de apellido Matheu Funes.
Así es que, el abogado Emilio Matheu Funes y su familia, son los primeros que registran hechos extraños en la casona de Yerbal 58.
En esa época se hizo referencia a una mancha de sangre que aparecía ciertas noches y desaparecía por la mañana, sobre una baldosa del patio. Lo de la sangre está documentado en una actuación policial, firmada por el comisario Antúnez. (Muestra un facsímil de la misma). Acá dice (agitando el facsímil) que concurrieron a la casa del doctor Matheu Funes a su requerimiento, ante la denuncia de manchas sanguinolentas desconocidas en el patio de la casa de Yerbal. No dice nada más. Me hace suponer que no encontraron ninguna mancha y que todo siguió su curso.
También los moradores registraron golpes, pisadas y otras circunstancias similares. Todo esto parece haber atormentado la apacible vida de los Matheu Funes, pues no hay que olvidar que ya, en 1915, la casona tenía un nuevo propietario.
¿Cómo trascendió lo que ocurría?
Mire…los Matheu Funes tenían varios hijos y personal doméstico. Estas cosas, estos hechos raros, se expanden como reguero de pólvora encendida. El colegio, la feria, el mercado. Todo sirve. Súmele el incidente de la mujer de Baglietto, la tragedia familiar, la muerte del viejo Antonino…y ahí tiene a todos los fantasmas juntos. Igualmente algo raro pasó…¿sugestión?...¿ironía del destino? Todo es posible. Pero como dice Cervantes, en su inmortal Quijote, el historiador debe ser verdadero, puntual y nada apasionado, por eso hay que escudriñar los hechos….
El nuevo comprador (revisa unos papeles) se llamaba Adalberto Nicéforo Luis Arancibia Rodríguez, emparentado con Ricardo, el compositor, autor de Los ceibos del Paraná y Sauces del Chorrillo y con el otro que, posteriormente, fue Senador Nacional por los conservadores, en la década de 1930. Con él, también, se trasladó su madre, Doña Tiburcia y una mucama jovencita de nombre Isabel.
Adalberto era profesor de música, concertista de nota y compositor. Por esta época, en la casa, existía un piano, ubicado en lo que era el comedor del lugar.
En su vida personal, Adalberto era un dominado por su madre. Estaba frustrado porque sus composiciones no trascendían, le gustaba la bebida, salía de farra y mantenía un ardoroso romance con Isabelita, lógicamente, a espaldas de la vieja Tiburcia.
El tema es que una noche, parece que se quedó escribiendo no se qué composición musical. Tomó más de la cuenta y cuando se levantó se encontró con una figura espectral, transparente, que deambulaba por un pasillo.
Varias noches después del incidente, la vieja Tiburcia se topó con la misma figura. A los gritos despertó a toda la casa y a los vecinos. Vino la policía también. Tiburcia afirmaba que una mujer se había metido en casa y que no era ni ella ni la mucama. Le comento que, en los archivos del departamento de policía, pude encontrar tres actuaciones vinculadas con la casona de Yerbal, sin contar la actuación judicial derivada del crimen que comenté antes.
De una ya le mostré el facsímil. La otra es ésta, que le cuento y falta una más.
Tiempo después los tres habitantes de la casona (madre, hijo y mucama) comenzaron a escuchar que, alrededor de las 3 de la mañana, el piano de la casa tocaba solo. Siempre ejecutaba la misma melodía: la Sonata en Si Menor de Listz.
Lo admirable es que, los tres, veían como el piano sonaba sin que nadie lo ejecutara. No era siempre pero, cada semana, una o dos veces, la melodía inundaba la casona.
Comenzaron también los vecinos a quejarse. En el silencio de la noche, no es para nada agradable escuchar sonar un piano que interrumpe el merecido descanso.(Se ríe)
Un vecino memorioso del lugar, dijo que esa composición era la misma que tocaba Laura Baglietto. Eso fue suficiente para que los Arancibia Rodríguez asociaran el fenómeno con el pianístico espíritu que, por las noches, deambulaba por la casa.
En otra oportunidad, estaba la mucama, limpiando el hogar de los Arancibia cuando se desprendió del techo un gran candelabro que al parecer había en el lugar.
Pero se suman nuevos hechos.
Era frecuente que después de alguna fiesta y cuando Doña Tiburcia dormía el sueño de los justos, Adalberto fuera en busca de su muchachita. Al final de cuentas, Isabel terminó preñada por su patrón y una noche mientras madre e hijo cenaban, la chica espetó todo ante Doña Tiburcia.
De un día para el otro, nunca más se supo de Isabel. Mientras a los Arancibia se los veía salir cada vez menos, el piano tocaba cada vez más….(Se ríe)
Como la situación se hizo insostenible, ante el furor vecinal parece que volvió la policía a la casona de Yerbal. Insisto que de Isabel, la mucama, nada más se supo. Sin embargo, hubo una leyenda negra en torno al episodio, muy posiblemente difundido por el personal de servicio de las casas vecinas: fue la versión que, a Isabel, la mataron y la enterraron en el jardín. En lo personal, creo que los Arancibia esa misma noche la despacharon para su pueblito natal y ahí habrá tenido a su hijo. No creo que la hubieran acuchillado y enterrado ahí mismo.
Le paso un dato. El famoso piano puede verse hoy aún en un local de la calle Río de Janeiro, llamado “La Subasta”. Ahí está, casi a la vuelta de la casona que alguna vez lo albergó. Erguido como en 1915. Hasta hace poco, si Ud. levantaba la tapa, podía leerse una oxidada chapita con las iniciales de Adalberto Nicéforo Luis Arancibia Rodríguez…
¿Qué pasó con los Arancibia Rodríguez?
Ellos se fueron. En 1918 ya había otros propietarios. Los nuevos dueños, pasaron sin pena ni gloria. Francamente no tengo mayores datos de esa época.
En 1928, la propiedad es adquirida por un médico, un cirujano de origen holandés, el Dr. Bonifacio Vanderveer. Allí puso su consultorio. Su esposa Nina lo asistía. Esto es lo raro, porque era cirujano y no ginecólogo ni obstetra. Lo notorio de este doctor, es que sus pacientes eran siempre mujeres. Mujeres jóvenes, en edad fértil.
Así lo atestiguan los registros médicos de la época, por ende resulta sospechosa la concurrencia de muchachas a su consultorio. ¿Abortos? Seguramente…
Quienes vivieron en la casa, en esa época, sostienen que ocurrían hechos llamativos. Así, uno de los médicos que asistían a Vanderveer, se quejó de la existencia de un jarrón que cambiaba de lugar estando el cuarto completamente cerrado. La presencia espectral, también fue avistada en la parte superior de la casa y en las proximidades del patio, al igual que la famosa mancha que tiznaba las baldosas….
Para esa época, obviamente, la casa era un lugar maldito (Resopla y gesticula).
Lo más interesante de esta época son dos hechos que le voy a relatar.
Cuando Hitler, en 1933, accede al poder, Bonifacius Vanderveer es un acérrimo defensor del régimen germano y aspira a que su patria, Holanda, avance hacia un modelo similar. Imagínese que, durante la guerra, celebró con bombos y platillos la ocupación alemana e incluso viajó a Ámsterdam para apreciar personalmente los “avances” de aquel régimen totalitario.
No debe olvidar, amigo, que en Argentina la actividad nazi fue muy importante por esos tiempos. Inclusive, en nuestro país, existió la llamada “Landesgruppe”, una organización germana cuyo fin era estrechar los vínculos entre el Tercer Reich y los alemanes de ultramar. El 10 de abril de 1939, realizó un masivo acto de apoyo al régimen nazi, el que congregó más de 20.000 personas. ¡Una cifra importantísima para la época! En ese acto hubo despliegue de banderas con la cruz svástica y discursos abarrotados de ataques contra los judíos, los comunistas y los francmasones. Para mayores datos, recomiendo que vaya al Museo del Holocausto, donde tienen fotos del evento que le cuento…
Uno de los anunciadores de ese encuentro fue, justamente, Vanderveer. Inclusive hablaba en la radio de la época. Mire, tengo acá una foto que lo muestra en sus clásicas alocuciones radiales filo nazis de los años 40. (Busca la fotografía)…

Después de la guerra, los Vanderveer se llamaron a silencio y salían muy poco. No obstante en 1949, comenzaron a llegar criminales nazis a nuestro país.
Hay serios indicios para pensar que, en esa casa, se albergó durante buen tiempo Josef Mengele, el “Ángel de la Muerte”. No sería nada alocado más si recordamos que éste figuraba en nuestra guía telefónica con su propio nombre.
No descarto que, en esa época, se hicieran experimentos con humanos. Me acuerdo que, por aquel entonces, se decía que se escuchaban gritos por las noches. Seguramente experimentaba con nonatos o niños recién nacidos, pues si bien la clientela de Vanderveer había disminuido algunas pacientes aún concurrían.
Yo tenía alrededor de 11 años y recuerdo esa concurrencia…allá por el 50.
Muy posiblemente existiera una red de tráfico de personas. Esto lo enlazo con unas desapariciones misteriosas de mujeres de un hospicio, niños de un orfanato y unos ancianos del entonces Asilo General Viamonte, que fueron registradas por el diario “El Mundo” en 1951.
Acá aparece el último registro policial que conozco data de 1952. No queda claro que buscaban. La policía se presentó en Yerbal 58. Dieron vuelta el lugar y tampoco encontraron nada.
¿Qué paso luego?
Bueno…el médico holandés murió afectado por un tumor, según se dice. A ciencia cierta no lo se.
Pero parece que la presencia paranormal se incrementó después de esos años. Se comentaba que era normal escuchar llantos, gritos, alaridos desesperados, desgarradores.
De lo que puedo dar fe, es que una noche, sería por el 56 o el 57, íbamos Enrique Maldonado y yo. Pasamos por la casa y escuchamos un lamento quejumbroso, algo muy difícil de explicar. Venía claramente del interior de la casona. Imagínese que no nos quedamos a investigar. ¡Salimos despavoridos de ahí! Creo que corrimos por Yerbal, o sea Lezica, hasta llegar a Gascón…
Lo que le han comentado de la casa, es lo que el barrio sabe. ¿Qué se realizaron abortos clandestinos en el lugar y se enterraran los fetos? Eso es altamente factible, al igual que la presencia abominable de Josef Mengele en la casa. Porque ese criminal, ese asesino, anduvo suelto por este barrio, en los primeros años que llegó al país y no descarto que haya continuado con sus monstruosos experimentos.
Como historiador hay hechos que no puedo explicarlos. ¡Es la pared que impone la historia oculta y que, justamente, le he comentado! Aún no encontramos los elementos que nos permitan explorar más allá de esa pared, pero si los hallamos seguiremos en la línea recta que nos traza la verdad.
Le confirmo que la casa pasó a varias manos entre familiares de los Vanderveer. Hijos, sobrinos, nietos, parientes lejanos...que se yo. En los últimos 20 o 30 años hubo en ella, también, varios emprendimientos comerciales que fracasaron. Me viene a la cabeza el recuerdo de un salón de fiestas. Ahora hay una agencia de bienes y raíces. Si usted me pregunta si eso fue obra de espíritus, como historiador le digo que no. Ahora, atrás de toda leyenda o historia urbana siempre hay un hecho real.

sábado, 26 de marzo de 2011

OTRA HISTORIA: LA MEFISTOFELICA CASONA DE LA CALLE YERBAL (I)

Días pasados, un lector de esta bitácora, dejó un interesantísimo comentario en una de mis entradas. Hacía referencia a la existencia de una mansión maldita, ubicada en la calle Yerbal 58, en el barrio de Caballito, aquí en Capital. La construcción aún estaba en pié.
Brevemente, contó sobre la existencia de un hatajo de sucesos misteriosos, que despertaron mi interés y como fue de esperar, este blogger voló hasta el lugar para ver de qué se trataba.
La falta de tiempo para investigar sobre el particular y los otros sucesos que estoy desarrollando, me llevaron a una fuente de incalculable valor: el historiador Amílcar José Timpanaro, quien participara durante varios años en la Junta de Estudios Históricos de Caballito.
Lo llamé por teléfono y me pidió que nos encontráramos durante el fin semana largo del 24 y 25 de marzo.
Me corrí hasta la casa el miércoles a la tarde. Estaba lluvioso y la calle Yerbal se mostraba más que solitaria. Llegué hasta el lugar y sentí la extraña sensación de estar como en alguna película de Alfred Hitchcock. Me vino a la mente Manderley, la mansión de Maximiliam de Winter…
Ayer viernes, en una mañana gris, plomiza, previa confirmación telefónica, me dirigí al domicilio del profesor Timpanaro, ubicado en la intersección de las calles Guayaquil e Hidalgo.

Me recibió en su imponente biblioteca, permitiéndome grabar la entrevista, la cual transcribo a continuación, sin modificar lo relatado.
El profesor Timpanaro nació en Caballito, en 1939.
Sobre su perfil profesional puedo decir que es egresado del Profesorado Joaquín V. González. Ex docente de historia europea y argentina en el Colegio Hipólito Vieytes, Mariano Moreno y Bernardino Rivadavia de la Capital Federal.
Es un estudioso de la historia ciudadana.
Ha escrito numerosos artículos sobre el particular. No obstante, desde hace más de diez años desarrolla con pasión aquellos temas que siempre se dejan de lado, sea ya por extraños, complejos o bien porque a nadie les importa.
Fue miembro del Club Leones de Belgrano y recibió de la Liga de Madres de Familia el Premio Trayectoria Santa Clara de Asís (1997). A su vez, es miembro de número del Gabinete Marplatense de Estudios Históricos Regionales. Ha dictado conferencias junto con el Sr. Isabelino Espinoza, presidente de la Junta de Estudios Históricos de Villa del Parque, en temas relativos al famoso Castillo de Villa del Parque y otros sitios de interés de la Ciudad de Buenos Aires.
¿Cómo nace su apasionamiento por la historia local?
Contesto mi amigo. Fue en el año 1980, a través de una bibliotecaria que trabajaba en la Manuel Gálvez, de la Avenida Córdoba. Ahí había un completo archivo sobre los distintos barrios de la Ciudad. Una cosa me fue llevando con la otra y un buen día me vi con un fajo de papeles. Ese fajo era una minuciosa recopilación que había hecho sobre la historia de la llamada “República de la Boca”, que meses más tarde publiqué como separata en una revista de interés general de la época. Con el correr del tiempo, fui tomando contacto con diversos eruditos en historia local.
Me incorporé a la Junta de Estudios Históricos de Caballito como simple miembro. Pasaron los años, la falta de tiempo, sumado a problemas familiares y el interés por aquello que me parecía oculto, me obligaron a resignar mi participación en la Junta, ámbito que, por cierto, alberga a personas muy capacitadas y deseosas de preservar el pasado de este bello barrio.
¿Qué es eso de la historia oculta?
Mire…(piensa unos segundos). Es algo muy sencillo…se trata de poner en evidencia aquello que no hemos visto, ya sea por un prejuicio, un interés específico en que no se supiera o lisa y llanamente porque el paso del tiempo lo ha borrado con su inexorable devenir. Muchas veces se cruza lo fantástico, lo esotérico, la tradición popular. Entonces nos tenemos que quedar con eso, a falta de mayores datos o comprobaciones.
En otras podemos ir más allá y es cuando el asunto se pone más interesante. Le voy a dar un caso. En el diario La Prensa, en los primeros días de enero de 1903, se pueden leer varios incidentes que en su momento no tuvieron importancia: la desaparición de una niña en San Martín…acá cerquita…en la provincia y el caso de un guapo que apareció gritando e insultando en el atrio de una Iglesia. Ambos hechos no se relacionan entre si, pero ahondando vemos que, la desaparición de la niña, se trató de un golpe de la llamada L´Aquila Nera, una organización de proxenetas italianos que anduvo suelta por breve tiempo en Buenos Aires y los gritos alocados del parroquiano fueron la influencia de un falso swami hindú que terminó luego en la cárcel.
He ahí el sentido de investigar la «historia oculta». Develar lo que realmente sucedió e investigar hasta donde se nos es permitida la realidad de los hechos.
¿Ha oído hablar de la casona de la calle Yerbal?
¡Si, claro! (Se ríe) ….
Cuando días pasados usted me llamó y me preguntó sobre el caso, busqué en mi archivo lo que dispongo sobre ella. Creo que nos manejamos en el terreno de lo oculto. Lo digo en el sentido de lo desconocido, lo tétrico… Con esto no estoy diciendo que las cosas hayan sido así, pero hay indicios que no pueden ser desmentidos, es decir, corroborados desde el punto de vista fáctico e historiográfico….
Es una típica leyenda urbana. Estas historias sirven para construir la identidad de un barrio, de una ciudad. Hace un par de años atrás, hubo un grupo de aficionados que trataron el tema de los sitios encantados de Buenos Aires. Recuerdo que, en esa charla, la casa de Yerbal apareció mencionada. Muy sucintamente, claro, porque se habló, básicamente, del fantasma de Felicitas Guerrero; la célebre Dama de Blanco de la Recoleta y el espíritu del caserón del Pasaje Golfarini y 3 de Febrero.
Ahora, lo que le han contado sobre la mansión de la calle Yerbal coincide, en muchas cosas, con lo que yo también conozco.
Según el catastro municipal, se trata de una construcción, de estilo italiano tardío, muy bella por cierto, que data de 1891. Si la ha observado, posee un magnífico balcón de madera que –salvando los estilos, claro está- me recuerda a las construcciones virreinales de Lima y el Alto Perú. El constructor fue un genovés de apellido Bassi. Sebastiano Giulio Baglietto fue su primer habitante. No tengo mayores referencias sobre este señor. Sólo se que vivió tranquilamente hasta los comienzos del siglo XX, cuando su mujer muere a consecuencia de una caída por la escalera que conducía a las habitaciones de arriba. (Pausa) Se desnuca.
Podría decir que empieza la historia negra de la casa con este hecho fortuito…
(ME FALTA DESGRABAR LA OTRA PARTE. MAÑANA LA SUBO)

viernes, 25 de marzo de 2011

UN CONCIERTO, VARIOS MENSAJES...


Ayer por la noche, aquí en Buenos Aires, se llevó a cabo el recital gratuito a cargo del famosísimo tenor Plácido Domingo, acompañado por la gran soprano santafesina Virginia Tola.
Se ha calculado la presencia de 120.000 personas. ¡Muy bien!
En lo personal, no suelo concurrir a estos grandes espectáculos. Sin embargo soy un ferviente partidario de los mismos. No sólo constituye una importante manifestación cultural sino una forma de acercar la música a sectores que habitualmente no puden acceder a tales espectáculos.
En un principio, estuvo en duda la realización del evento pues el coro y la orquesta del Teatro Colón arrastran un serio y duro conflicto con las retrógradas autoridades del Gobierno de la Ciudad. No hablemos del autismo de los funcionarios que regentean nuestro Primer Coliseo.
El espectáculo de ayer ha tenido una doble significación para los grupos de trabajadores y trabajadoras del Teatro. Amén de ello, hubo un prístino, claro, inconfundible mensaje para el Gobierno local.
En lo primero, la orquesta y el coro del Colón han tenido la oportunidad de lucirse. Demostraron su calidad y profesionalismo. Así lo ha hecho notar, expresamente, Domingo durante el espectáculo.
También, han conseguido, en sus justos reclamos, un claro respaldo por parte del afamado tenor: "El problema es mucho más grande de lo que parece y yo estoy con los músicos. Mi inquietud por cantar es muy grande, pero yo estoy con las orquestas y se los dije".
Pero la cosa no terminó ahí. Poco antes del recital, el tenor dio un sorpresivo concierto junto al Coro Estable del Colón en el propio Teatro. Lo hizo en homenaje a las personas que allí trabajan.
Domingo, saludó a los integrantes del coro y expresó su deseo de estar nuevamente el año próximo, en los 40 años de su debut en el Colón.
Luego al frente del coro, dirigió un segmento de la verdiana Aida. Acto seguido se mezcló con los tenores para cantar "Va pensiero", de Nabucco, también de Verdi.
Entre aclamaciones, el tenor se agachó y besó el escenario.
Como dije más arriba hubo un prístino, claro, inconfundible mensaje para el Gobierno local: debe dejar de comportarse en forma autoritaria y desprolija; debe arribar a un entendimiento con los trabajadores y trabajadoras del teatro y debe diseñar una política que garantice al público el acceso al Colón (ej. costo excesivo de las localidades, en particular, las de pié).
Esto es lo que necesita la cultura de la Ciudad y de nuestro país.
Es hora pues, que Mauricio Macri y el séquito de mediocres sátrapas que acompaña su gestión, entiendan que la cultura no es un gasto ni una herramienta de lucro de las arcas públicas.
Demasiados males ya ha causado esta concepción aquí y en otras partes del mundo.
Tengamos presente que, en los engranajes malditos de esa visión sesgada, de esa forma de pensar ruin y baja, quedaron mutilados los derechos de muchos y muchas a la concreción de una cultura para todos.
Hasta pronto, como siempre.

miércoles, 23 de marzo de 2011

CARMEN


Hola mis amigos/as
Recién llego del teatro de ver la ópera "Carmen" de George Bizet. La última vez que la había visto, con una puesta en escena tradicional, fue hace más de 25 años. Tenía 18 años de edad.
Debo confesar que, "Carmen", no es una de mis óperas predilectas. No obstante, la función de hoy me fue muy llevadera. Reconozco que no es una obra fácil ni es de las recomendables para iniciarse en el mundo de la ópera. Atribuyo a ello que, las anteriores oportunidades, me resultaran un poco más compleja.
En la función de hoy las voces bien. La orquesta en algunos pasajes le faltó brillo (ej. preludio del acto III).
Lo que me mató fue la puesta en escena. La acción, en el original transcurre en 1820 aproximadamente. Esta vuelta, la acción era contemporánea. Los bandoleros eran raperos o cumbieros del conurbano bonaerense o miembros de alguna "mara"; las obreras del tabaco (acto I) parecían más putas que trabajadoras y Escamillo, el torero de Granada, se asemejaba a una estrella de rock vestido con un sombrero tejano, casaca y pantolones blancos.
¿Hasta cuándo, el público, seguirá siendo víctima del escarnio al que es sometido por los regiseurs en infinitas ocasiones ?
Tampoco puedeo dejar de omitir el olor a mierda, que emanaba de la boca de un sujeto que estaba sentado a mi lado. Mucho blackberry pero nada de salud e higiene bucal el muy cretino.
Un saludo, como siempre.

viernes, 18 de marzo de 2011

GIBRALTAR


Hola mis amigos/as!
Esta ha sido una samana difícil. Compleja.
Igualmente me he hecho tiempo para volver a nadar.
Por lo general lo hago por la mañana, pero hoy viernes, decidí nadar después del trabajo. Así las cosas, enfilé a las 19 hs hacia el club.
Estuve 45 minutos. No más. Tratando de retomar el ritmo perdido. Me fue bien.
Luego, alrededor de las 21 me dí una vuelta por Gibraltar.
Aquí, en Buenos Aires, Gibraltar, es un sitio cosmopolita. Aclara -desde un cartel en la entrada- que no es un bar irlandés ("This is not an Irish pub").
Es un lugar que me gusta mucho. Yo lo llamo el "reducto inglés en San Telmo". Posee excelentes cervezas, comidas rápidas bastante sabrosas y el toque que le da esa gente de todas partes del mundo hablando múltiples lenguas.
Después de casi un año que no pisaba el lugar, volví. Me llamó la atención que no estaba la atractiva camarera rubia y la merma en la presencia de extranjeros.
Salvo eso todo se mantenía como siempre.
Estuve un rato oteando el lugar, explorando, buscando, registrando con la mirada alguna compañía femenina agradable. No fue día de suerte.
Tomé mis cervezas y me retiré.
San Telmo hervía de gente, mientras me volvía a casa.

viernes, 11 de marzo de 2011

TERREMOTO EN EL JAPÓN


Hola amigos/as!
Misaki Shibata ha escrito, a través de esta bitácora, a fin que sus familiares de Argentina y del Perú, sepan que tanto ella como su esposo Javier Custo, se encuentran bien luego del fatídico terremoto que asoló, en el día de hoy, al Japón.
Lo transcribo aquí mismo. No lo he hecho antes porque recién leo el mensaje.

«Hola, escribo desde Chiba, Japón. Ha habido un terremoto muy fuerte. Escribo a su blog porque es lo primero que encuentro y donde puedo dejar un mensaje. Las redes de telefonía están saturadas o no funcionan. Quiero hacerle llegar a mi hermana Yua y a los familiares de mi esposo Javier Custo que están en Argentina y en Perú que nos encontramos bien. Gracias por todo. Agradeceremos que Ud. difunda el mensaje en su blog. Gracias, muchas Gracias.
Misaki Shibata.
Chiba – Japón.»

viernes, 4 de marzo de 2011

CONTINUAMOS

Hola mis amigos/as;

Acabo de cenar con Claudia.
Desde hace dos semanas he estado con mucho trabajo. Tuve que suspender mis entradas al blog.
Igualmente he seguido con la costumbre de investigar en mis pequeños momentos libres. Ahora, le ha tocado al caso del Fantasma Estrangulador, otro hecho insólito ocurrido en esta Ciudad en los comienzos del siglo pasado sobre el cual, hoy, ya nadie habla.
Mientras en otras partes del mundo Jack The Ripper, Constance Kent y Maison siguen dando de que hablar, aquí nuestros casos vernáculos los sepultamos en la sombra del olvido.
Se que no he terminado de contar la historia de Almanegra. No falta mucho y tengo en mi poder unos nuevos elementos que Salvador Broggi me ha hecho llegar.
Salvador es un buen amigo que vive en La Lucila. Jubilado, tiene tiempo para frecuentar las bibliotecas de San Isidro y San Fernando.
No es amigo de Internet ni está ducho con los ordenadores o computadoras. Continúa a la vieja usanza y hace un par de días recibí por correo un sobre, que el me remitió, con recortes, comentarios e impresiones personales sobre la historia del bandido Almanegra, célebre forajido de lo que actualmente es San Isidro.
Estoy un poco cansado y tengo calor.
Me iré a dormir. Mañana quiero salir a correr.
Hasta pronto como siempre.